El asociacionismo, puede llegar a ser una vía por la cual podamos trabajar determinados aspectos relacionados con la interculturalidad en un contexto de diversidad cultural. Desde estas líneas me gustaría dejar reflejado cómo un asociacionismo juvenil, puede establecer vínculos afectivos, participativos y cooperativos para una convivencia más estable y compartida entre la población autóctona y el grupo minoritario que conviven en un mismo contexto cultural.
Desde una asociación juvenil que incluye a cualquier joven, independientemente de su procedencia, se pueden poner en marcha proyectos formativos, proyectos de restauración del contexto en colaboración con toda la asociación aportando un granito de arena a la mejora del contexto en el que conviven, estableciendo relaciones entre cada uno de los componentes.
Por ejemplo, un proyecto de mantemimiento del contexto, en la que se pueda comenzar por una búsqueda e indagación conjunta por pequeños grupos mixtos por la población, barriada... encontrando aquellos elementos e investigando detalles del contexto que por parte de la asociación puedan contribuir a mejorar.
Esto pone en práctica valores como la cooperación, la búsqueda de soluciones que puedan aportar cada uno desde distintas perspectivas (lo que para uno puede ser una idea magnifica, el otro puede complementarla con su pequeña aportación), cualidades y destrezas que pueda poseer cada uno para realizar alguna mejora.
En definitiva,lo que pretendo con estas letras dedicadas al asociacionismo juvenil en concreto es considerar que tal forma puede resultar efectiva si se trata con el sentido que lo requiere para una mejor convivencia intercultural entre grupos de distintas culturas.